“Si crees que el hecho de imponer aranceles a las herramientas de escarda ayudará a la manufactura o el empleo de EEUU, es como si creyeras que con hacer recular el coche, se rescataría el cachorro atropellado.” Fueron palabras del presidente de la Corporación de Cortacésped de EEUU, Micheal Kersey, en la audiencia del día 22 de agosto convocada por el Gobierno estadounidense por su plan de aranceles a las exportaciones chinas por valor de 200 mil millones de dólares.
Una audiencia que pretende salvar la situación con medidas inválidas
Entre el 20 y 27 de agosto, de acuerdo con los supuestos resultados de la Sección 301, la Oficina del Representante Comercial de EEUU organizó audiencias con respecto a la imposición de impuestos arancelarios a los productos de China. Micheal Kersey ha expresado la opinión de la mayoría de los asistentes de la audiencia, los cuales exhortan al Gobierno estadounidense a adoptar prudentes decisiones tomando en cuenta los intereses de los consumidores y empresas de EEUU. Sin embargo, para gente que valora el crecimiento económico global y la libertad comercial, estas audiencias resultaron sumar una gran desesperación.
Primero, la sesión de preguntas de las audiencias está obsesionada con la posibilidad del cambio de la cadena de suministro, lo cual no tiene mucho sentido. Debido a que el número de ponentes fue más de lo previsto, la audiencia de 3 días se extendió a 6 jornadas. Más de 300 representantes de empresas y asociaciones de industrias asistieron a los 46 grupos de audiencias. Cada uno de ellos tuvo cinco minutos para explicar sus razones a favor o en contra de la imposición de impuestos, y después respondió a las preguntas del grupo de expertos de la audiencia.
En el presente, la cadena global de suministro ocupa cerca del 80% del comercio mundial. Según un informe de IHS Markit, China se ha convertido en el centro de ella. En EEUU, tanto los empaques de comida para llevar y las bolsas, como piezas maquinarias, son productos de la cadena global de suministro. Con la gradual disminución de los proveedores domésticos, estas empresas estadounidenses trasladaron toda su fabricación a China en 2015, y esta es la elección de los consumidores estadounidenses. Los productos chinos de buena calidad y menor precio mantienen la vida estable de la clase media de EEUU, y existe una alta interdependencia en las relaciones comerciales entre los dos países mediante la cadena de suministro. ¿Acaso los funcionarios comerciales de EEUU ni siquiera conocen esto?
En segundo lugar, un pequeño grupo de empresas estadounidenses pretendió desfavorecer a sus competidores a través de las audiencias, lo cual está en contra de los principios del mercado. Hasta la fecha, EEUU ha convocado tres audiencias relacionadas con los “resultados” de la Sección 301. La mayor parte de las compañías de venta minorista, indumentaria, procesamiento de alimentos, fabricación de maquinarias, así como de semiconductores y chips, solicitan que no se impongan aranceles a las exportaciones chinas, mientras que varias empresas estadounidenses de fabricación de productos de acero y aluminio piden al Gobierno de EEUU una doble imposición arancelaria según la Sección 301, a fin de debilitar la presencia de sus competidores chinos.
Por otro lado, como uno de los principales miembros fundadores de la Organización Mundial del Comercio, EEUU prometió restringir el uso de la Sección 301. No obstante, ahora no solo está aplicando restricciones comerciales unilaterales según las leyes domésticas, sino que también acusa a China por sus obligadas contramedidas de impuestos a 50 mil millones de dólares de productos estadounidenses, e incluso planea imponer impuestos de 200 mil millones de dólares a las exportaciones chinas.
De hecho, según el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio de 1994, si EEUU toma la iniciativa de violar las normas de la OMC, desobedeciendo el mecanismo de resolución de disputas y aplicando medidas unilaterales a productos chinos, China tiene el derecho de tomar contramedidas legales y justas. Evidentemente, la amenaza arancelaria por parte de EEUU no dispone de una firme base, y decepciona al mundo.
Actualmente, han finalizado las audiencias pertinentes organizadas por la Oficina del Representante Comercial de EEUU, las cuales no tendrán un impacto contundente sobre las decisiones de su Gobierno. Si esta vez EEUU sigue el camino de imponer impuestos a pesar de la oposición de la mayoría, lo que les dejará a los consumidores y empresas estadounidenses va más allá de la decepción.
Fuente: CRI