Si hay un responsable polÃtico de lo ocurrido el pasado domingo en AndalucÃa, ese se llama Pedro Sánchez. Él, y sólo él, deberÃa cargar con toda la culpa de la debacle sufrida por la izquierda en aquella comunidad autónoma. Bueno, si me apuran, se la podrÃa repartir con Pablo Iglesias… ¿O es que alguien piensa que al lÃder de Podemos, y por defecto a Pedro Sánchez, le iba a salir gratis la foto en la cárcel con Oriol Junqueras negociando los Presupuestos Generales del Estado?
Las elecciones andaluzas se han dirimido en clave nacional, y aunque a Susana DÃaz quepa reprocharle el haber pasado la campaña alimentando el miedo a VOX en beneficio del partido de ultraderecha, quién realmente ha conseguido darle alas al nuevo populismo de la derecha ha sido Pedro Sánchez con sus polÃticas. Esto es algo que Sánchez tenÃa que haber tenido en cuenta cuando ganó, legÃtimamente, la moción de censura para echar a Mariano Rajoy del poder: aquella victoria tenÃa un objetivo inmediato que no era otro que la convocatoria de elecciones anticipadas.
Pero Sánchez burló aquel encargo pretendiendo alargar la factura hasta el final de la legislatura con el apoyo indeseable del independentismo, de los herederos de Batasuna y de un Podemos que sigue debatiéndose entre ser el nuevo referente de la socialdemocracia o seguir siendo un partido de extrema izquierda populista. Y mientra siga al frente Pablo Iglesias, seguirán ganando los segundos con gran riesgo de que a lo ocurrido con el partido morado en AndalucÃa le siga un retroceso espectacular en toda España.
Los ciudadanos han perdido el miedo a votar en los extremos, y eso tiene mucho que ver con el hecho de que quien gobierna España se apoya en los extremos para hacerlo. Si pactar con los que quieren romper España, con los herederos de ETA y con quién insiste en acabar con el modelo de Estado que nos dimos en el 78 no es tóxico, ¿por qué iba a serlo pactar con la ultraderecha? Es Pedro Sánchez quien ha puesto ese listón asà de alto… o de bajo, según se mire.
Lo cierto es que el PP de Pablo Casado dándole reconocimiento a VOX no ha hecho nada diferente a lo hecho por Pedro Sánchez con los independentistas, los proetarras y Podemos. Y asÃ, nos encontramos ante un panorama polÃtico claramente escorado hacia los extremos lo que, francamente, no es bueno para nadie. De hecho, creo que los partidos que tradicionalmente han configurado la centralidad del arco parlamentario, es decir, PP y PSOE, con la incorporación de Ciudadanos, deberÃan reflexionar profundamente sobre qué es lo que están haciendo mal para que la polÃtica española se incline a un lado y al otro hacia las posiciones más radicales. O rectifican, y les queda poco tiempo, o una vez perdido el miedo a votar, las próximas elecciones municipales y autonómicas pueden deparar sorpresas muy desagradables.
Fuente Foto: El Mundo