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La Casa Blanca ansiosa por enviar cheques a los agricultores. Y ¿quién gritó oponerse a los subsidios?

Radio Internacional / 25 julio, 2018

La Casa Blanca lanzó este martes un plan valorado en 12000 millones de dólares para compensar a los agricultores estadounidenses, con miras a ayudarlos a superar la creciente guerra comercial entre los Estados Unidos y China, la Unión Europea y otros países.

Anteriormente, los Estados Unidos acusaron a múltiples socios comerciales de haber agregado subsidios gubernamentales a sus productos exportados al país norteamericano, lo que compone una de las razones por las cuales EE.UU. ha provocado una guerra comercial con ellos. Ahora, la Casa Blanca también comenzó a proporcionar subsidios. ¿No se trata de golpear su propia cara? La acción de Trump, una vez más, prueba la advertencia que siempre le han dado los economistas: en una guerra comercial no habrá ganadores, sólo perdedores.

La esencia del comercio es una situación en la que todos ganan, no importa que las dos partes sean cooperativas o competitivas. Sin embargo, la actual administración estadounidense parece ser paranoica y cree firmemente que el comercio es un juego de suma cero. Evidentemente compró pan con su dinero para llenar su estómago, pero acusó al vendedor de ganador y él mismo resultó perdedor. ¡Qué distorsionada es esta lógica!

La imposición de aranceles punitivos a los productos de los socios comerciales globales por parte de EE.UU., eventualmente incurrió en represalias, y como otra consecuencia, tenía que usar la gran cantidad de capital de los contribuyentes para subsidios agrícolas. La franja económica agrícola de EE.UU. llegó a ser uno de los objetos clave de las medidas de represalia por parte de diversos países.

Como el mayor exportador mundial de productos agrícolas, la exportación de dicho sector de EE.UU. alcanzó un nivel récord en 2017, con un superávit de 21.300 millones de dólares. Pero por la guerra comercial, la Unión Europea, Canadá, México, China y otros socios, se han visto obligados a imponer aranceles de represalia a los productos agrícolas originarios de EE.UU. El Departamento de Agricultura de EE.UU. estima que estas contramedidas le costarán a la industria agrícola, aproximadamente, 11 000 millones de dólares.

EE.UU. siempre ha acusado a la política de subsidios de otros países de violar las regulaciones de la OMC. Hoy, dedica el dinero de su contribuyente en hacer cosas que en sus ojos han sido ilegales. En cierto sentido, esto también es para comprar votos para las elecciones en noviembre de este año.

¿Pero puede este “cheque” de la Casa Blanca realmente resolver su problema? Como ha dicho el director de la Oficina de Agricultura de Missouri, Blake Hurst, a menos que la política de la Casa Blanca cambie, la presión sobre la agricultura estadounidense continuará. Los remedios temporales o de corto plazo no podrán resolver realmente el problema.

Trump creía que la guerra comercial estaría a favor de EE. UU., y la guerra comercial sería fácil de ganar. Los resultados de hoy muestran que la situación no es tan simple como él imaginaba. Porque los subsidios del gobierno de EE.UU. al sector agrícola seguramente conducirán a una serie de problemas relacionados, justamente como dudaba la senadora de Alaska, Lisa Murkowski: ¿el sector manufacturero? ¿La energía? ¿Y la industria del petróleo y el gas? ¿Cuál es el nivel de subsidio para ellos?

Si la administración de Trump continúa subsidiando otras industrias afectadas por la guerra comercial, enfrentará muchos más desafíos. Uno será el problema del dinero y el otro, la legalidad de los subsidios. Se estima que no pocos países someterán el caso de los últimos 12 000 millones de dólares de subsidio a la OMC a un juicio sobre su legalidad.

De hecho, la Casa Blanca sabe bien cómo resolver este problema. El senador republicano, Ben Sasse, dijo que el lanzamiento de la guerra comercial equivale a cortarle una pierna al agricultor, luego el plan de la Casa Blanca es darle un bastón de oro valorado en 12 000 millones de dólares. «Los aranceles y enmiendas del gobierno no harán que EE.UU. vuelvan a ser grande nuevamente, sino que los llevarán a 1929 (la era de la Gran Depresión)».

Los analistas señalan que los Estados Unidos continúan la guerra arancelaria a través del otorgamiento de subsidios a los agricultores. Esta práctica refleja su doble rasero que aplica en el comercio internacional. Además, al mismo tiempo de crear incertidumbre para otros países y poner en peligro el sistema de comercio mundial multilateral, trae también un serio caos a su propio país.

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