Durante años el gobierno de China ha intentado contener el crecimiento demográfico de Beijing que en 2015 alcanzaba ya los 22.8 millones de habitantes. Con la integración de las regiones de Beijing, Tianjin y Hebei, promovida por el presidente chino Xi Jinping, se planea desviar parte del flujo poblacional a las ciudades vecinas con el propósito de bajar la alta concentración de personas que existe en la capital china.
El plan contempla la construcción de una megalópolis de 216.000 kilómetros cuadrados de extensión para albergar en 2020 a una población de 130 millones de habitantes. La superciudad de Jing Jin Ji –llamada así por las abreviaturas de Beijing, Tianjin y por Hebei que se conoce como Ji en la región- será seis veces más grande que el área metropolitana de Nueva York.
Un plan de futuro
La idea de integrar las tres áreas para conseguir un mejor equilibrio de recursos y promover un crecimiento más sostenible había sido discutida por diferentes administraciones chinas desde hacía años. Pero no fue hasta febrero de 2015 cuando el plan Jing-Jin-Ji se impulsó definitivamente de la mano del presidente Xi Jinping. La hoja de ruta tiene previsto desarrollar la zona económicamente cuyo PIB es de 1.000 millones dólares. Jing Jin Ji podría convertirse así en el tercer motor económico del país después del delta del río Perla, al sur, y del delta del río Yangtzé, al este. Esta megalópolis tendría una extensión mayor que Uruguay (177.000 kilómetros cuadrados) y una densidad de población equivalente a Japón.
Como parte del plan para reformar la economía china y reorganizar su industria, Beijing trasladará parte de la administración pública, así como fábricas y hospitales, hacia otros lugares de la región con el objetivo de compensar los estrictos límites de residencia, disminuir la congestión de tráfico y crear nuevos empleos.
Según el The New York Times, esta nueva área metropolitana vincula las facilidades de investigación de Beijing con el músculo económico del puerto de Tianjin y las tierras del interior de la provincia de Hebei. Para 2020 se espera que el área urbana ya esté integrada y cuente con un metro que una las tres zonas, además de grandes autopistas para facilitar las comunicaciones. Las obras incluyen también el nuevo aeropuerto Internacional Daxing de Beijing y otros proyectos de protección medioambiental.
Xu Shaoshi, jefe del máximo órgano de planificación económica del país, ha declarado que el desarrollo sinérgico de Beijing, Tianjin y Hebei no solo mejorará el rendimiento y la eficacia de las ciudades involucradas sino que también elevará a la región a una ciudad de clase mundial.