¡El precio de los automóviles alemanes vendidos a China ha subido!
Antes de hablar los consumidores chinos, los obreros estadounidenses comienzan a preocuparse. Esta escena desconcertante apareció en el contexto de la guerra comercial provocada por el gobierno de Trump. Los automóviles alemanes se convirtieron en las primeras víctimas de la política arancelaria de Trump: la víctima sobre la mesa son las compañías de automóviles alemanas establecidas en los Estados Unidos, y la víctima potencial es el empleo de trabajadores automotrices estadounidenses.
Veamos las noticias: el 30 de julio, la compañía alemana de automóviles BMW aumentaron el precio de venta en China de sus dos vehículos utilitarios deportivos (SUV), que se producen en los EEUU y se exportan a China, en un 4% y 7% respectivamente, debido al aumento de los costos. La razón por la que se aumenta el costo no es difícil de encontrar, es que el precio de las piezas adquiridas globalmente para los BMW fabricados en Estados Unidos ha aumentado desde que el gobierno de Trump lanzó una ofensiva comercial contra múltiples países y líneas. Al mismo tiempo, como una de las contramedidas contra los Estados Unidos, desde el 6 de julio China impuso un aumento del 25% en el arancel del 15% recientemente implementado para los automóviles importados de los Estados Unidos; es decir, un impuesto del 40%. Esto significa que en el futuro la cuota de mercado de los automóviles de diferentes marcas del mundo con origen estadounidense se reducirá debido a factores de precio.
Desde la primera mano de la guerra comercial lanzada por la Casa Blanca de imponer aranceles sobre acero y aluminio hacia sus principales socios comerciales, muchos expertos de la industria analizaron que los automóviles y productos electrónicos con un alto grado de desarrollo en la cadena industrial mundial pueden ser los primeros sacrificios, porque los fabricantes de automóviles más grandes del mundo son multinacionales de peso pesado que construyen fábricas en todo el mundo. Según la última lista publicada por Automotive News en junio de este año, los 100 principales proveedores mundiales en 2018 provienen de 17 países como Alemania, Japón, Canadá, España, Corea del Sur, México y China. Cada automóvil involucra hasta 10.000 piezas y componentes. Desde el montaje hasta la producción, son inseparables de la división precisa del trabajo entre los diversos proveedores en la cadena industrial global.
El impacto de esta ronda de guerra comercial en una pequeña parte de la cadena de la industria automovilística afectará a toda la cadena industrial. Los que serán destruidos por Trump también pueden ser los empleos de los trabajadores automotrices estadounidenses, los votantes de cuello azul, que a diría Trump dice que quiere proteger.
La empresa alemana Daimler dijo que en 2017, el 20% de sus automóviles producidos en Estados Unidos se vendieron a China. En el segundo trimestre de 2018, debido a la fricción comercial sino-estadounidense, su beneficio neto se redujo en un 27%. Si las tarifas continúan, considerará una nueva distribución de producción, incluida la posibilidad de establecer una nueva planta en China.
Observemos a la compañía BMW, que tiene la mayor fábrica de automóviles del mundo en Spartanburg, Carolina del Sur, y ahora ha superado a la marca automotriz de EEUU, convirtiéndose en el mayor exportador de automóviles de la nación norteamericana con 9000 empleados locales. Alrededor de Spartanburg, hay más de 200 plantas de fabricación de autopartes de más de 20 países, cada una tiene empleados locales. El año pasado, el 70% de los automóviles BMW producidos en la planta de Spartanburg se vendieron fuera de los EEUU, y aproximadamente el 25% se exportaron a China. El Periódico New York Times informó que BMW había escrito una carta al Departamento de Comercio de los EEUU afirmando que si el costo de exportar SUV BMW de fabricación estadounidense es demasiado alto, la compañía considerará reducir la escala de inversión y producción en Spartanburg.
Como el mercado de consumo de automóviles más grande del mundo durante nueve años consecutivos, China siempre ha sido un mercado favorito y difícil de ser abandonado por las principales compañías de automóviles de diversos países. Los subtextos de Mercedes-Benz y BMW ya están muy claros: si la guerra comercial continúa, será inevitable cortar la producción y los despidos en los Estados Unidos.
El periódico de origen británico Financial Times citó a un profesional que describió el impacto de la guerra comercial en la industria automotriz mundial como una “tormenta perfecta”, es decir, la combinación de varios factores traerá un golpe fatal a la industria automotriz mundial. Una vez más, la pelota que previene la tormenta está en posesión de la Casa Blanca. Salvar a los compatriotas en esta tormenta depende de qué haga con la pelota en la próxima jugada.