El sábado 8 de diciembre, el viceministro de Relaciones Exteriores de China, Le Yucheng, convocó con carácter de urgencia al embajador canadiense en China, John McCallum, para presentar gestiones solemnes y protestas enérgicas por la detención de una alta ejecutiva de Huawei Technologies Co., Ltd. por parte de las autoridades canadienses. «Tal acción ignora la ley y es poco razonable, desmesurada y vil de naturaleza», dijo Le en un comunicado. China urge enérgicamente a la parte canadiense a liberar de inmediato a la ejecutiva de Huawei o a encarar las graves consecuencias de las que la parte canadiense será responsable, explicó el diplomático chino.
Es increíble que Canadá juegue al frente de un secuestro político
En este caso, que Beijing califica de “secuestro político”, lo más increíble es que Canadá juegue al frente de este acto.
Hace pocos meses, el primer ministro Justin Trudeau criticó en voz alta el alza de los aranceles sobre los productos canadienses de acero y de aluminio por parte de los Estados Unidos. Ottawa no solo presentó quejas ante la Organización Mundial de Comercio (OMC), sino también contraatacó con un arancel del 25% sobre las mercancías estadounidenses por un valor de 12600 millones de dólares. En aquel entonces, el mundo vio al mandatario de Canadá como un hombre con rectitud y coraje.
Sin embargo, esta autoridad ha actuado deshonrosamente al arrestar, bajo orden ajena, a la funcionaria de Huawei que hizo escala en Vancouver. La acción es escandalosa y preocupante.
Alex Duhaney, un residente en Ottawa, comentó en una carta al periódico más importante de Canadá, The Globe and Mail, que está “profundamente avergonzado” de que el gobierno canadiense participe en el secuestro de una líder de una empresa extranjera. “Esta acción descarada ha deshonrado a nuestro liderazgo actual y ha puesto en riesgo a los canadienses que realizan negocios en el extranjero”, afirmó el ciudadano canadiense.
Por su parte, el lector de Victoria City, Larry Hannant, indicó que las sanciones contra Irán recientemente reimpuestas por la administración de Trump en desafío al acuerdo del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas han sido ampliamente condenadas. En lugar de hacer lo correcto, parece que Canadá se ha lanzado a una disputa internacional en favor de un gobierno deshonesto y aislado que intenta provocar conflictos con la mayoría de los países del mundo, lamentó.
Estos años, mientras algunos países occidentales difaman a Huawei acusándola de “espía” y “enorme y latente amenaza de la seguridad de informaciones”, Canadá permite que el gigante tecnológico chino participe en los programas importantes locales. Los productos de Huawei se ven en las instalaciones de los principales servidores de teléfono móvil del país norteamericano. BCE y Telus colaboran con Huawei en el desarrollo de la telefonía móvil 5G, incluso algunas universidades canadienses han establecido relaciones de asociación con la firma china.
El gobierno de Trudeau está intensificando el contacto con Beijing en los últimos meses para impulsar las negociaciones de libre comercio entre ambos países, con miras a diversificar su mercado de comercio.
A fin de aclarar la “cláusula de la píldora envenenada” incluida en el Acuerdo entre Estados Unidos, México y Canadá (USMCA), la ministra de Asuntos Exteriores de Canadá, Chrystia Freeland, llamó por teléfono a su homólogo chino Wang Yi, afirmando que Canadá avanzará en las negociaciones sobre acuerdos de libre comercio con otros países en base a sus propias decisiones. En tanto, unos 70 economistas canadienses emitieron un informe en el que ofrecían sus consejos para desarrollar los lazos económicos y comerciales con China esquivando las restricciones de Estados Unidos.
La primera ronda de diálogo estratégico económico y financiero entre China y Canadá se llevó a cabo el mes pasado en Beijing. En la declaración del gobierno canadiense, “las dos partes reiteraron su compromiso de profundizar y expandir aún más las relaciones económicas y comerciales”.
No obstante, todos estos esfuerzos, así como la cooperación ya establecida se verán afectados por la detención de la alta ejecutiva de la empresa china. Ahora es poco probable que Canadá siga permitiendo la participación de Huawei en el desarrollo de la red 5G en el país, debido a la objeción de Washington. Por otra parte, el objetivo de Ottawa para firmar acuerdo de libre comercio con Beijing en algunos sectores será inalcanzable.
Muchos canadienses han exhortado a los tribunales y a los políticos de su país a rechazar la petición de extradición por parte de los EE.UU., porque la acusación es una mera invención a fin de prohibir los negocios entre otros países, empresas o individuales.
Ojalá que el pueblo canadiense no se convierta en una víctima de este secuestro político.
Fuente: CRI