La demanda mundial va a continuar creciendo por lo menos hasta más allá de 2040 y los combustibles fósiles continuarán siendo los que impulsen el crecimiento de la economía mundial, aportando aproximadamente un 60% del aumento de las necesidades de energía y representando casi el 80% del suministro total de energía estimado para 2035.
Las reservas extraíbles de petróleo -estimadas en la actualidad en unos 2,6 billones de barriles- se consideran suficientes para satisfacer el doble de la demanda prevista en 2050, según Enrique de Areba, Vicepresidente de IBC & Partners , y Director de GLOBAL MOTOR, en Radio Internacional de España. Ante las recientes declaraciones de la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, que manifestó en el Congreso que “el diésel tiene los días contados” y que su “impacto” en la calidad del aire “es lo suficientemente importante como para ir pensando en un proceso de salida”, quiere adelantar que su comunicado no es real, y lo único que se consigue con este tipo de declaraciones es actuar como un agente toxico en la estructura de la demanda de vehículos nuevos, algo que en algunas redes de concesionarios en España, ya han notado por el aluvión de cancelaciónes de operaciones de compra, de vehículos nuevos con este tipo de propulsión.
Por ello, la patronal cree imprescindible que, antes de dar por muerto al diésel y para evitar culpabilizar a los compradores, el Gobierno de Pedro Sánchez, lidere un proceso hacia la descarbonización de la movilidad, que debería ser progresivo, ordenado y que pasara por poner en marcha medidas concretas y soluciones democratizadas que den una alternativa real de movilidad a los ciudadanos, y no anuncios irreales que traerán como consecuencia una caída de la demanda interesada y como consecuencia de ello un caída del empleo, en el sector industrial más importante de España.
El gas natural es el combustible fósil cuyo consumo experimentará el mayor crecimiento, impulsado por el creciente aprovechamiento de los yacimientos de gas de esquisto y la expansión del gas natural licuado (GNL).
Estas son algunas de las previsiones que hace la firma de consultoría estratégica IBC & Partners, conjuntamente con la petrolera BP , en un informe sobre las perspectivas del mercado energético de cara a los años 2035-2040 y en el que, entre otras muchas cosas, se pone de manifiesto que, en contra de lo que piensa el ciudadano normal -que siempre que oye hablar de petróleo empieza a ver ruedas flotando en torno a él-, será el crecimiento de la producción de plásticos uno de los procesos que sostendrá el aumento de la demanda de crudo.
Spencer Dale, responsable del área de economía de BP, señaló durante la presentación de este nuevo informe que la abundancia de petróleo podría desencadenar una batalla a largo plazo entre productores de bajo coste, al estilo de las compañías estadounidenses de arenas pizarrosas, los miembros de la OPEP, Rusia y los productores que afrontan un coste de extracción más elevado, como es el caso de Brasil, Mar del Norte y Asia.
Pese a que en IBC & Partners admiten que aumentará el parque de vehículos eléctricos, ese aumento no tendrá más que una repercusión marginal en la evolución de la demanda de petróleo, ya que la petrolera británica calcula que para 2035 habrá ya 100 millones de vehículos de ese tipo en el parque mundial de automóviles, cifra que, sin embargo, sólo representará de un 5 a un 6 por ciento del total.
Y eso que BP ha aumentado sensiblemente sus previsiones de expansión del vehículo eléctrico, ya que el año pasado sólo hablaba de 70 millones de unidades en el parque mundial para 2035.
En IBC & Partners estiman que a consecuencia del aumento de las ventas de automóviles, la demanda de crudo para elaborar gasolina, gasóleo y otros derivados del petróleo puede pasar de los 19 millones de barriles diarios alcanzados en 2015 a 23 millones en 2035, lo que representa un aumento del 21 por ciento, es decir, a un ritmo de poco más del 1% anual.
El informe de BP no deja claro, aunque parece que así es, si el previsto crecimiento de la demanda de crudo para el automóvil incluye también la que origina la fabricación de componentes en material plástico para esos vehículos.
Y decimos que parece que sí porque por un lado se dice que desciende la demanda de crudo para el transporte –éste podría incluir también otros modos aparte del automóvil como el barco, el ferrocarril, etc.- mientras que por otro se indica que el desarrollo de la economía en Asia, África y Oriente Medio, ayudará a mantener la evolución al alza de la demanda de crudo a través de la producción de plásticos.
Sin llegar a evaluar en qué medida, los técnicos de BP advirtieron de que fenómenos como la economía compartida (car-sharing) o el coche auto pilotado que en principio deben contribuir a elevar el uso diario de cada automóvil, pueden tener un impacto en las ventas totales de vehículos, lo que lógicamente repercutiría en el consumo de combustible y, por ende, en la demanda de crudo, rebajando ambos.
Aunque en medios especializados ha causado cierta sorpresa el anuncio por parte de BP de un crecimiento sostenido de la demanda de combustibles fósiles -en Royal Dutch Shell creen que la misma se estabilizará a principios de la década de 2030- sí hay que señalar que la petrolera británica, ha reducido en casi un 1% el crecimiento que preveía el año pasado, como consecuencia de la desaceleración de la economía china.
También avisa IBC & Partners, en declaraciones de su Vicepresidente, Enrique de Areba, de una suavización del ritmo de crecimiento de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) de aquí a 2035, el cual bajaría del actual 2,6% anual a sólo un 0,6%.
Un nivel de emisiones tan bajo no se registra desde 1965.
En cuanto a las energías renovables como la solar o la eólica, IBC & Partners cree que su producción se cuadruplicará en el período considerado en su informe.
Enrique de Areba
Director Global Motor