Les voy a decir una cosa: a mi me da igual si Pedro Sánchez plagio dos párrafos de una tesis de más de trescientas páginas, o no los plagió… Me da igual si Pablo Casado acabó su master o se lo regalaron… me da igual si la ex ministra Carmen Montón tiró de wikipedia para redactar su trabajo de fin de postgrado o se lo inventó… Lo que me importa, lo que me importa de verdad, lo que verdaderamente me parece importante, es que Pedro Sánchez sea un buen presidente del Gobierno, que Pablo Casado sea un convincente lÃder de la oposición en el que poder confiar como alternativa y que la ex ministra Montón estuviera haciendo bien su trabajo al frente de Sanidad lo cual, tengo que decir, con alguna que otra discrepancia, era asÃ.
Eso es lo importante, eso es lo que tendrÃa que preocuparnos, y no si sus currÃculums son todo lo ciertos que deberÃan ser… ¿O es que en este paÃs nadie ha exagerado un poco su curriculum para poder lograr un mejor puesto de trabajo o un salario más alto? Durante años hemos vivido una burbuja de tÃtulos, oficiales o no, porque parecÃa que un curriculum sin un master era un curriculum pobre, cojo, insuficiente… incluso para ser polÃtico, para ocupar un cargo público por modesto que éste fuera, parecÃa imprescindible aparentar lo que no se era.
Pero no debe ser asÃ: ser un servidor público, que en definitiva es el objetivo de la polÃtica, no requiere haber estudiado en las más ilustres universidades ni haber logrado una colección de cum laudes. A veces, quien más tiene de todo eso, es quien más carece de otras facultades, como la sensibilidad, necesarias para ocuparse de los asuntos de la res pública. No ha habido peor ministro de Hacienda que Cristóbal Montoro, ilustre catedrático de Hacienda Pública y reconocido analista del Instituto de Estudios Económicos antes de que Aznar le fichara para entrar en polÃtica.
No, un master no otorga ningún plus de capacidad. Pero si puede ser un handicap. Durante toda una semana nos hemos hartado de hablar del master de Montón, del de Pablo Casado y de la tesis de Pedro Sánchez, cuando la verdad es que este paÃs tiene problemas mucho más importantes, mucho más serios: ahà está sin resolverse el desafÃo catalán que amenaza con volver a darnos muchos disgustos a partir de este otoño, seguimos teniendo una tasa de paro elevadÃsimo con especial incidencia en los mayores de 45 años y en las mujeres, tenemos una economÃa que ha vuelto a estancarse y amenaza con una nueva recesión… Eso son problemas: la gente que sigue sufriendo porque no le han llegado los beneficios de la salida de la crisis, los pensionistas que siguen sin ver suficientemente recompensados sus años de trabajo y de aportación a las arcas públicas, los que han perdido su hogar…
PodrÃamos seguir pero, ¿quien se ocupa de todo eso? ¿A qué hemos estado jugando los medios de comunicación durante todos estos dÃas, enredados en una espiral de morbo y espectáculo indecentes a cuenta de la puñetera tesis y del puñetero master? Y perdónenme. Yo no cuestiono, al contrario, aplaudo, a los medios que obtuvieron la información y la publicaron, porque esa es nuestra obligación como periodistas. Pero también lo es no hacer perder a la opinión pública el tiempo con tonterÃas, cuando el paÃs tiene problemas tan serios como los descritos, pero ahà hemos estado, tertulia tras tertulia, dedicados a escudriñar en los curriculums de sus señorÃas en lugar de ocuparnos de los verdaderos problemas del paÃs. Muy triste, pero que luego no se quejen de la crisis del periodismo.
Federico Quevedo
El Faro
17-09-2018